Título: Responsabilidades del Reino

Verdad central: Sigo las enseñanzas de Cristo atendiendo y ayudando a los necesitados.

Texto áureo: En cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis (Mateo 25:40)

Trasfondo bíblico: Mateo 25:1-46

Bosquejo

I. Se requiere velar

A. Diligentes en la preparación

B. Objetivo de su venida

II. Servicio recompensado

A. Siervos reconocidos

B. Espíritu de servicio definido

III. Indiferencia condenada

A. La indiferencia lleva a la condenación

B. Indiferencia al descubierto

Objetivo.

Aprender lo que exige Cristo de quienes están en su reino, y velar fielmente y servirle.

Introducción

Estamos rodeados de necesidades, tanto en la Iglesia como en el mundo secular. El padre de tres hijos que se sienta junto a nosotros todos los domingos por la mañana pudiera acabar de perder su empleo. El desamparado, con su ropa harapienta y sucia, nos detiene en la calle para pedirnos dinero a fin de comer algo caliente. La mujer que dio clases de Escuela Dominical durante décadas ahora está sentada en un asilo, solitaria y desalentada.

¿Cuál es nuestra responsabilidad en cuanto a satisfacer las necesidades de los pobres, los enfermos y los desalentados que nos rodean?

Mateo 25 comienza con una solemne advertencia en cuanto a estar preparados para la venida de Cristo. Mientras Jesús seguía hablando de su venida, también proclamó la realidad de un juicio futuro. Parte de nuestra espera de la venida de Cristo incluye el mostrar su amor mediante obras de caridad, ayudando a los necesitados. Aunque no nos salvan esas obras de amor, indican que el amor de Dios está obrando en nosotros.

Motivado por su amor a las personas, Jesús atendió las necesidades de los enfermos y los desalentados con quienes se encontraba cada día mientras anduvo por esta tierra. Como discípulos de Cristo, debemos ser imitadores de su amor y ayudar a los demás en sus necesidades. Permita que este estudio lo anime a aprender lo que exige Cristo de quienes están en su reino, y velar fielmente y servirle.

Comentario Bíblico

I. Se requiere velar (Mateo 25:1-5)

A. Diligentes en la preparación

La parábola de Jesús en Mateo 25:1-13 es la tercera de las parábolas de Jesús respecto a su venida. La primera (24:42-44) advirtió que su venida seria inesperada, y la segunda (24:45-52) enseñaba a los creyentes a servir a Dios fielmente mientras esperan la venida de Jesucristo. La tercera parábola (25:1-13) enseñaba a los discípulos de Jesús a prepararse para su venida, aun cuando demore.

En la época del Nuevo Testamento, la novia, acompañada de sus íntimas amigas, iba al hogar del novio a prepararse para la ceremonia nupcial. Mientras ella iba, el novio y varios de sus amigos salían de su hogar a fin de prepararse para la boda. A eso de la medianoche, el novio y sus amigos volvían a casa. Al volver, un grupo de jovencitas salían a encontrarse con él para acompañarlo hasta su hogar. Las diez vírgenes en el versículo 1 describían a este grupo de doncellas. Entonces se cerraría la puerta y comenzaría la ceremonia nupcial.

Como esa procesión tenía lugar de noche, se suponía que cada miembro de la comitiva nupcial tuviera una lámpara. Una vez que se cerraba la puerta de la casa del novio, a nadie más se le permitía entrar. A los que no entraban con el resto de la comitiva nupcial no se les consideraba bienvenidos.

Pregunta: ¿De qué manera eran prudentes cinco vírgenes e insensatas las otras cinco?

Exteriormente, las diez vírgenes parecían iguales. Pero había una gran diferencia entre ellas. Cinco de las vírgenes eran prudentes porque se prepararon para la llegada del novio; habían llevado bastante aceite para sus lámparas. Las otras cinco eran insensatas porque no llevaron aceite suficiente para sus lámparas (w. 2-4).

Pregunta: ¿Qué representa el aceite en esa parábola? ,

Algunos creen que el aceite en esa parábola representa el bautismo en el Espíritu Santo. Pero todos los creyentes resucitarán en la venida de Cristo, y no sólo quienes fueron bautizados en el Espíritu Santo. Es mejor considerar el aceite como que representa la preparación espiritual que todos tienen que hacer para la venida de Cristo.

Pregunta: ¿Por qué mencionó Jesús el hecho de que se durmieran las vírgenes?

No era rara una prolongada demora durante la espera del novio. El hecho de que esas vírgenes se durmieran no indicaba negligencia de su parte. Más bien, Jesús pudiera haber estado indicando un prolongado período de espera antes que Él viniera.

Cristo empleó esa parábola para mostrar la necesidad de estar preparados para su venida. Mientras esperaban, las diez vírgenes se durmieron, lo mismo las prudentes que las insensatas. Pero sólo cinco estaban preparadas. Cuando vuelva Cristo, no habrá tiempo de prepararse.

Aunque Cristo no vuelva pronto, debemos mantenernos preparados para su venida.

B. Objetivo de su venida

A la medianoche llegó el novio (Mateo 25:6). Las vírgenes despertaron y comenzaron a preparar sus lámparas para salir al encuentro del novio (v. 7). Pero las cinco vírgenes insensatas no tenían aceite alguno para sus lámparas. Desesperadas, les pidieron a las otras vírgenes que compartieran su aceite (v. 8). Pero las vírgenes prudentes no las ayudarían. Si les daban aceite a esas vírgenes insensatas, es posible que se les acabara y que perdieran su lugar en la comitiva nupcial. Así que les dijeron a las vírgenes insensatas que fueran a comprar aceite (v. 9).

Pregunta: ¿Cómo pudieran algunos depender de otros a fin de prepararse para la venida de Cristo?

Algunos confían en que la salvación de sus padres o sus cónyuges de algún modo los haga aceptable delante de Dios. Pero no podemos depender de la justicia de otros para prepararnos para la venida de Cristo. Cada persona debe prepararse para la venida de Cristo de forma individual aceptando a Cristo como su propio Salvador personal.

Las vírgenes insensatas corrieron a comprar aceite. Pero mientras iban, llegó la procesión nupcial al hogar del novio. Más tarde las vírgenes insensatas tocaron a la puerta, en espera de poder entrar. Pero era demasiado tarde. El novio las rechazó. Como no estaban preparadas, quedaron fuera del banquete de bodas (vv. 10-12).

El tono portentoso del versículo 13 nos recuerda Mateo 7:21-23. Nuestra preparación para la venida del Señor reflejará nuestra entrega a Él. Cuando estemos preparados para su venida, no nos tomará de sorpresa su aparición.

Pero si no estamos preparados para su venida, tampoco lo estaremos para estar en su presencia, y el Señor no nos reconocerá.

Viene el tiempo en que habrá pasado la oportunidad de buscar al Señor. Él espera que nos preparemos para su venida. ¿Qué implica eso? Sin duda implica santidad personal, pero también incluye nuestra conducta y actitud hacia los hermanos en la fe y, en definitiva, hacia todos los demás.

II. Servicio recompensado (Mateo 25:31-33)

A Siervos reconocidos

Pregunta: ¿Cuan importante cree usted que sea que los cristianos contribuyan a satisfacer las necesidades diarias de otros creyentes? ¿Y de los que no creen?

Pregunta: ¿Cuándo tendrá lugar el juicio descrito por Jesús en Mateo 25:31-46?

En Mateo 25:31-46, Jesús no presentó una cronología detallada respecto a ese juicio final. Más bien resumió los juicios que tendrán lugar en diferentes momentos en el fin de los tiempos: el tribunal de Cristo para todos los creyentes y el juicio ante el gran trono blanco para todos los que no lo conocen (véase Juan 5:28,29; 2 Corintios 5:10; Apocalipsis 20:11-15).

La reunión en Mateo 25:31-46 incluirá a todas las personas de todas las naciones del mundo. Jesús empleó la metáfora de ovejas y cabritos para describir la separación de los justos y los malvados que tendrá lugar en ese juicio (w. 32,33).

En la Palestina del primer siglo, se separaban de noche las ovejas de los cabritos. Las ovejas en la parábola de Jesús simbolizaban a los creyentes. Se reunirán a la derecha de Cristo, el lugar' de honor, para recibir su recompensa. Los cabritos, que simbolizan a los incrédulos, se reunirán a la izquierda para recibir juicio y condenación (v. 33).

Hoy creyentes e incrédulos viven juntos en nuestro mundo. Pero como ocurre con un rebaño de ovejas y cabritos, viene el tiempo en que se hará una distinción eterna entre creyentes e incrédulos.

La separación de las ovejas y los cabritos revelará quiénes son los verdaderos siervos de Dios. Pero ¿cómo se hará esa distinción? ¿Qué norma seguirá Jesús para separar las ovejas de los cabritos? Los siervos de Dios se reconocen mediante obras de espíritu de servicio y de amor mutuo en este mundo, mientras esperan ansiosos la venida de Cristo.

B. Espíritu de servicio definido

Pregunta: ¿Qué distinguirá las ovejas de los cabritos en el juicio final?

Los creyentes heredarán las eternas bendiciones de Dios porque han servido a los hermanos de Cristo al satisfacer sus necesidades temporales. En los versículos 34-40, se dan seis ejemplos distintos, que representan las necesidades más esenciales de la humanidad. El factor fundamental que muestra la genuina fe de los creyentes es su reacción de amor y misericordia ante sus hermanos necesitados.

Pregunta: ¿Cómo sabemos que Jesús no está enseñando la salvación por obras en Mateo 25:34-40?

A primera vista, pudiera parecer que Mateo 25:34-40 contradice Efesios 2:8,9. Pero las buenas obras mencionadas por Jesús son evidencia de la fe en Cristo de los creyentes y no de obras que den salvación. Asimismo, en el versículo 34, Jesús afirmó que los de la derecha heredarían "el reino preparado" para ellos. Una herencia no se gana; es algo gratuito.

En Cristo, los creyentes revelan con toda claridad su fe mediante sus obras de amor de los unos para con los otros. Esas obras indican que tiene lugar un cambio de naturaleza cuando conocemos a Cristo como nuestro Salvador.

Una prueba más de que la caridad es el resultado de la salvación se encuentra en Mateo 25:37-39. Cristo dijo que a quienes se les estaba recompensando por su conducta habían realizado obras de amor para Él. Pero los justos no podían recordar el haber hecho esas cosas. Cristo está enseñando un principio fundamental (v. 40). Una obra de caridad hacia un huérfano, una viuda, un forastero o algún otro necesitado es en realidad una obra de amor hacia Cristo. ¿Por qué? Tal vez porque el amor es la naturaleza intrínseca del carácter de Dios. Como pueblo suyo, Dios quiere que imitemos ese amor en todo lo que hacemos.

III. Indiferencia condenada (Mateo 25:41-43)

A. La indiferencia lleva a la condenación

Pregunta: ¿Por que se condena a los injustos?

Ver una necesidad y reaccionar con indiferencia es inconsecuente con el amor de Cristo. Los que son condenados pudieran no estar entre los más terribles pecadores ante los ojos del mundo, pero su vida no dio prueba de una genuina entrega al Señor. Les faltaba amor a los necesitados porque no amaban a Cristo.

Dios no quiere que ninguno perezca (2 Pedro 3:9), pero Él castigará a los que no aceptan a Cristo como Salvador, los que rechazan el don de salvación. En Mateo 25:41-43, Jesucristo condenó a los que estaban a su izquierda enviándolos al "fuego eterno" que se había preparado para el diablo y sus ángeles.

Observe que Jesús los llamó "malditos". No los maldijo por su falta de buenas obras. Más bien eran malditos por no haber aceptado a Cristo —el que había aceptado la maldición del pecado por ellos (Calatas 3:10,13) — como su Salvador.

No podemos darnos el lujo de descuidar nuestra relación con Dios por medio de Cristo. Aunque las personas pudieran confiar en las buenas obras como la fuente de su salvación, esas obras no pueden dar salvación. Sólo Cristo puede hacer eso.

Servir a Cristo en Mateo 25:42,43 indica una relación con Él. Cuando conocemos a Cristo como Salvador, desearemos agradarle por la forma en que vivimos. Y eso quiere decir servir a los demás en su momento de necesidad.

B. Indiferencia al descubierto

Hay un contraste entre Mateo 25:44,45 y los versículos 37-39. A los individuos en los versículos 44 y 45 se les condena por no servir al Señor; pero no pueden recordar cuando dejaron de hacer eso. Sin embargo, Jesús explicó por qué fueron condenados: Los injustos no sirvieron a Cristo sirviendo a los necesitados. La indiferencia hacia las necesidades de los demás es, en realidad, indiferencia hacia Cristo.

Pregunta: ¿De qué manera pudiéramos, como creyentes, mostrarnos y indiferentes hacia los demás?

Jesús dijo que siempre habría pobres con nosotros (Mateo 26:11). Siempre habrá personas que necesiten ayuda. Les mostramos amor a los demás cuando los apreciamos lo suficiente como para responder a sus necesidades.

Nuestro servicio a los demás también incluye el ayudar a quienes están siguiendo a Cristo en el ministerio. No podemos ser indiferentes en cuanto a contribuir a la difusión del evangelio. Cuando apoyamos la obra del ministerio en todo el mundo, mediante la oración, las ofrendas o el trabajo, mostramos que le damos gran valor al reino de Dios. Al darle prioridad a la difusión del evangelio, también reconocemos que Jesucristo viene pronto.

Pregunta: ¿Cómo afecta Mateo 25:44-46 nuestra actitud y conducta hacia los incrédulos que necesitan ayuda?

El versículo 46 resume el destino de todas las naciones y personas del mundo. Además, tenemos que recordar que la conducta de las ovejas y de los cabritos son resultado de la condición del corazón.

Es fácil considerar a quienes no sirven a los creyentes, y que de hecho los persiguen, como separados de Cristo y merecedores del juicio de Dios. Hasta pudiéramos regocijarnos en esa realidad. Pero eso está en contra del deseo de Dios para los perdidos.

Aunque nuestra compasión hacia los demás ha de comenzar con los hermanos en la fe necesitados, también se nos llama a hacerles bien a todas las personas, incluso a los que viven sin Cristo (Mateo 9:13; 12:7). Al amar a los incrédulos, les mostramos el amor de Cristo. Cuando ayudamos a los inconversos que nos rodean en sus necesidades, ellos pudieran permitirnos hablarles del evangelio.

Aplicación

Estamos rodeados de necesidades. Un joven pastor, llamado por Dios, desea fundar una iglesia en un barrio pobre de la ciudad, pero carece de fondos. Un anciano de la congregación necesita con urgencia que alguien construya una rampa de sillas de ruedas frente a su casa. Los misioneros en una empobrecida nación africana necesitan ayuda económica para proporcionar alimentos, cuidado médico y literatura evangélica a niños y adultos con SIDA.

Cada uno de nosotros puede responder a las necesidades que nos rodean. Algunos hemos sido bendecidos económicamente, y podemos contribuir con nuestra iglesia, sus ministerios y sus proyectos misioneros. Otros tienen poco dinero, pero poseen habilidades que les permiten ayudar a los demás. Todos pueden usar sus recursos para servir a otros, y mostrar el amor de Cristo en su vida.


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