la armonia con dios
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Título: La armonía con Dios.

Fondo Bíblico Romanos 5:1, 2,6-10; Efesios 5:1-7; Colosenses 1:19-23.

Verdad Central: La paz con Dios viene por medio de fe en Jesucristo.

Texto Áureo: Pero en Cristo Jesús, vosotros que en otro tiempo estabais lejos, habéis sidas hechos cercanos por la sangre de Cristo.

Objetivo del Aprendizaje.

Saber que podemos vivir en una relación correcta con Dios por medio de la fe en Cristo, y procurar hacerlo.

Bosquejo general

I. Paz con Dios

A. Entrada a la presencia de Dios

B. El amor: un don de Dios.

II. Andad como hijos de Dios.

A. Andad en amor

B. Una vida separada

III. Reconciliados con Dios.

A. Cristo trae comunión

B. Permanezcan en la fe.

Introducción

Lo que el mundo busca más que nada es una paz interna. Mientras que algunos dirán que puede ser sustituida por el dinero, el poder, la fama o el éxito, en realidad son intentos de encontrar paz con uno mismo y con otros.

Escriba las siguientes palabras y frases en la pizarra o en una transparencia: extrañados, justificados, reconciliados, paz con Dios, y paz por medio de la sangre. Pregunte a los alumnos cómo definirían estas expresiones. Es probable que la mayoría de ellos tengan un buen entendimiento de estas verdades. Informe a la clase que la lección de esta semana enfocará más de cerca la manera como Dios le ha ofrecido al ser humano armonía en su manera de vivir con El; una relación de armonía que trae verdadera paz.

Comentario bíblico

I. Paz con Dios Romanos 5:1, 2,6-10

A. Entrada a la presencia de Dios

Los creyentes de aquella época entendían fácilmente que la cita de Romanos 5:1,2 se refería a las leyes ceremoniales del Antiguo Testamento que perdieron vigencia en la edad de la Iglesia. Imagínese que usted es un gentil que pasa por Jerusalén para visitar el templo un poco antes del nacimiento de Jesús. Como forastero, sería tratado bien según las instrucciones del Antiguo Testamento. Se le encamina hacia la parte noreste de la ciudad hasta el templo donde todos los judíos creen que la presencia de Dios habita literalmente. De repente, alguien lo detiene. Como gentil, sólo puede entrar al atrio exterior, que se llama el "atrio de los gentiles, que rodea el templo.

Un grupo de mujeres hebreas pasa al lado suyo a la entrada del templo. Ellas pueden acercarse al templo sólo un poco más que usted. Pero tampoco se les permite ir más allá del "atrio de las mujeres". Los hombres hebreos pueden seguir hasta llegar más cerca a la presencia de Dios, al "atrio de los israelitas", pero hay un lugar, el "atrio de los sacerdotes", donde ellos tampoco pueden entrar, con excepción de los hombres de la tribu de Leva. Al final de cada año en el Día de la Expiación, sólo el sumo sacerdote puede ir más allá del velo que cubre el Lugar Santísimo. La entrada hasta la presencia de Dios se limita por leyes complejas, y se limita a sólo unos pocos escogidos. Pero los límites impuestos por la Ley sólo recalcan la maravillosa libertad que los creyentes disfrutan bajo el Nuevo Pacto. Lo único que el cristiano debe hacer para ser justificado por Dios es creer en la salvación que Cristo ha provisto. La paz con Dios es una realidad constante para el creyente. Y con esa paz hay entrada inmediata y completa a Su presencia.

B. El amor un don de Dios

PREGUNTA: ¿Está de acuerdo o no? La frase "en la esperanza de la gloria de Dios" se refiere al cielo y a la recompensa final del creyente.

Cuando observamos más detenidamente la segunda parte de Romanos 5:2, podríamos pensar en el significado más común de "esperanza". Para la mayoría de la gente, esta "esperanza" siempre se refiere a algo que por el momento es intangible. Es verdad que la esperanza del creyente incluye una recompensa futura, una recompensa que no podemos conocer o comprender todavía. Por cierto podemos regocijarnos en la promesa de nuestra herencia celestial, cuando todas las pruebas y los sufrimientos terrenales se acabarán. Pero eso es sólo una parte de la verdad. También hay una "esperanza de gloria" en esta vida presente. Ver a Jesús cara a cara en el cielo será glorioso; pero podemos conocerlo ahora, en un sentido espiritual, cara a cara.

Cuando consideramos el amor que se expresa entre Dios y el hombre tenemos que recordar que Dios es el que siempre inicia esa clase de relación. Romanos 5:6,7 nos enseña esta verdad. Los seres humanos por naturaleza viven en un estado pecaminoso. No pueden acercarse a un Dios santo. Sin embargo, Dios tomó la responsabilidad sobre sí mismo de alcanzar a la humanidad por medio del sacrificio de su Hijo.

PREGUNTA: La frase "Dios muestra su amor para con nosotros" (Romanos 5:8) ¿significa (a) que Dios está obligado a amarnos; (b) que Dios recomienda que nos amemos unos a otros y al amarnos nos muestra cómo hacerlo; o (c) que Dios constantemente está demostrándonos que nos ama?

La implicación aquí es que Dios continuamente muestra su amor para con nosotros. El amor de Dios para con nosotros se ve en que Cristo Jesús murió por todos los pecadores, aun cuando eran enemigos de Dios. La naturaleza de esta demostración de amor se ve en los versículos 9 y 10. Es evidente que el ministerio de Cristo continúa en la vida de los creyentes y con ello la preservación del juicio final de Dios. Este es un constante recuerdo de la paz que Cristo adquirió para nosotros al derramar su sangre y dar su vida. No tenemos que temer el castigo del juicio final porque hemos sido salvos para vivir con Cristo por la eternidad.

II. Andad como hijos de Dios Efesios 5:1-7

A. Andad en amor

Dios probó su amor por toda la humanidad al enviar a su Hijo a morir por nosotros. Ahora les corresponde a los hijos por adopción seguir en los pasos de su Padre celestial. La palabra griega traducida "imitadores" en Efesios 5:1 nos hace saber que los creyentes deben imitar el amor de Dios. Como hijos del Dios de amor llegamos a conocer su amor para luego expresar ese mismo amor hacia otros de la misma manera que Dios vino a mostrar ese amor hacia nosotros.

El amor ágape, o el amor que Cristo demostró cuando murió en la cruz por los pecados del mundo, es el mismo amor que los hijos de Dios deben demostrar (v. 2). Cuando este amor gobierna nuestras decisiones y motiva nuestras acciones, sólo entonces andaremos en esa clase de amor que Pablo nos instó a demostrar.

B. Una vida separada

No sólo debe el cristiano imitar el amor de Dios, sino que las normas de Dios para la santidad deben ser una parte permanente de cada creyente. Entre el pueblo de Dios no debe haber en absoluto actividades tales como la fornicación, inmundicia o avaricia (v. 3).

Pablo también amplió la ilustración en el versículo 4 para incluir la conversación del creyente. El creyente no debe participar en nada inmoral, ni hacerlo parte de su conversación. Pablo sabía que las cosas que uno dice pueden afectar su salud espiritual.

PREGUNTA: Si Dos denuncia las "truhanerías" (v. 4), ¿qué lugar puede ocupar el humor en la conversación del creyente?

Hay conversaciones y palabras que provienen de nuestros corazones y mentes que debemos evitar definitivamente. Se mencionan tres clases de conversaciones: palabras deshonestas, necedades, y truhanerías. El humor, por supuesto, puede edificar, o ser corrupto y profano. Cuando se usa como es debido el humor puede mover a los hombres y a las mujeres hacia el gozo santo y a la felicidad sin mancha del pecado. Pero burlarse de la vida de pecado, intercalando en la conversación comentarios necios e inútiles y contando historias que no convienen, impide a los pecadores entrar al Reino.

Sin embargo, la lengua también puede expresar los sentimientos de un corazón puro. "Por lo demás, hermanos - dijo Pablo - todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad" (Filipenses 4: S). Cuando la mente piensa en estas cosas, la lengua hablará cosas que son agradables a Dios. Una lengua sometida al Espíritu hablará cosas que traen armonía al Cuerpo de Cristo.

Hoy día la sociedad y las personalidades del mundo del cine y la televisión tratan a la vida inmoral, el divorcio y la irreverencia como cosas aceptables y graciosas. Pablo aclaró que las personas dedicadas a una vida de pecado son idólatras (v. 5). Han puesto sus deseos malvados sobre todo lo demás y han hecho caso omiso del llamado de Dios en sus vidas. La inmoralidad y la avaricia son idolatría en el siglo presente.

La santificación que constituye una vida separada, tiene dos aspectos: separación del mundo, y separación para Dios. La gente inmoral, avara, y engañadora componen el grupo que sale del mundo para tentar a los creyentes a unirse a ellos. El creyente debe evitar tal engaño (v. 6). La amistad con el mundo trae el juicio de Dios. Ser amigos del mundo es ser enemigos de Dios.

"No seáis, pues, partícipes con ellos", advirtió Pablo en el versículo 7. No participe en su maldad y desobediencia. No tenga nada que ver con personas malvadas. Nuestra vida debe ser de separación para Poder gozar de armonía con Dios.

III. Reconciliados con Dios Colosenses 1:19-23

A. Cristo trae comunión

Declarar que toda la plenitud de Dios habitó en Cristo Jesús nos suena algo raro hoy, especialmente cuando sabemos y enseñamos que Cristo fue el Dios encarnado. Pero Pablo, al escribir a los colosenses, estaba tratando de una herejía del primer siglo que enseñaba que existían muchos espíritus que mediaban entre Dios y el mundo. Los gnósticos enseñaban que Jesús era sólo uno entre muchos intermediarios divinos. Pablo, bajo la inspiración del Espíritu Santo, aclaró que todos los atributos divinos estaban en Jesús. Toda la Deidad existía en Cristo. Así que El es el único mediador entre el hombre y Dios.

La muerte de Cristo es suficiente para reconciliar a todos los pecadores con Dios. Pero es más que eso; reconcilió a todas las cosas, incluyendo la naturaleza caída. Puede que aún no veamos todo cumplido, pero se ha asegurado la victoria. Todavía no vemos todo "bajo sus pies". Pero vemos a Jesús. . . "por cuya causa son todas las cosas, y por quien todas las cosas subsisten (Hebreos 2:8-10). Lo que era originalmente de Dios, pero quedó separado por la Caída, ahora ha sido reconciliado por la muerte de Cristo y su resurrección. Se ha hecho la paz; sólo tenemos que aceptarla.

B. Permanezcan en la fe

Colosenses 1:23 contiene líneas de conducta que algunos cristianos interpretarían como experiencias del pasado. Las denominaciones que enseñan que la salvación no puede perderse hacen que este mensaje sea de poca o ninguna importancia. Si un cristiano nunca puede dejar de ser cristiano, ¿por qué declararía Pablo tan fuertemente la necesidad de permanecer en la fe?

El "si" al principio del versículo 23 nos da una elección. Los cristianos pueden decidir por sí mismos no permanecer en la fe. Pero si toman esta decisión, las promesas de los versículos anteriores no tienen ningún efecto. La segunda parte del versículo hace un comentario muy similar. Pablo jamás habría incluido la frase "sin moveros de la esperanza si esto no fuera posible.

Al pensar en este versículo, los creyentes deben ser movidos a buscar una relación madura en Cristo. No hay necesidad de que uno viva con temor de perder su salvación accidentalmente. El creyente estará seguro en el Señor siempre y cuando desea vivir en obediencia.

Este mensaje de esperanza es para toda persona. En Colosenses 1:23 se nos pide que no pensemos sólo en nosotros mismos. Como Pablo, nosotros somos ministros que propagamos las Buenas Nuevas a las almas perdidas que diariamente mueren en sus pecados.

Aplicación

Tenemos paz para con Dios por medio de Jesucristo, cuyas muerte y resurrección trajeron reconciliación y paz entre Dios y el hombre. Sin embargo, la persona debe reconocer esa gracia de reconciliación y pedir esa paz. La mayoría de la gente en el mundo no tiene armonía con Dios. Cada creyente debe ser consciente de su propia relación con Dios, con sus vecinos y otras amistades, y con las millares de personas que mueren sin conocen esa paz con Dios.

Los creyentes necesitan saber la importancia de la reconciliación con Dios para disfrutar una vida victoriosa. Satanás quiere que seamos vagabundos espirituales, y hacernos creer que somos salvos del juicio que le espera a todo pecador. Cuando eso sucede, las tentaciones se arraigan y la armonía que tenemos con Dios se convierte en ira, temor y conflicto.

Tener paz con Dios es más que sólo saber que en un momento dado aceptamos a Jesús como nuestro Salvador. Es el fundamento para la vida vencedora del Espíritu. Sin la confianza de una paz y la armonía con Dios, el fruto del Espíritu no madurará en nuestra vida.

Concluya la clase pidiéndoles a los alumnos que mediten en silencio sobre la paz y armonía que Jesús les ha dado. Después de unos minutos pida que alguien concluya con una oración de gracias a Dios por todo lo que El ha hecho por nosotros para que tengamos comunión con Él.

Alcance evangelístico

Al final de la Guerra de 1812, entre los Estados Unidos y Gran Bretaña, el general norteamericano Andrew Jackson y sus tropas defendieron con éxito a la ciudad de New Orleans. Más tarde, los americanos y los británicos se dieron cuenta de que se había firmado un tratado de paz en Europa semanas antes de que la batalla tuviera lugar. La noticia del documento firmado había llegado muy tarde para aquellos que murieron en la batalla.

Nuestro tratado de paz con Dios ha sido firmado, sellado y entregado. La paz con Dios se ha hecho ya, pero tenemos que aceptarla. Si tiene alumnos inconversos, ¡pueden conocer la paz de Dios hoy!


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